Volkswagen y Toyota: dos visiones contrastadas para pasar a lo eléctrico
Es un hecho innegable que la transición hacia lo totalmente eléctrico está en marcha, pero es un poco como ver a niños jugar a la rayuela: cada uno tiene su propio método, y algunos terminan a menudo cayéndose. En la esquina izquierda, tenemos a Volkswagen, un titán alemán que, después de haber jugado un poco demasiado con el diésel, finalmente se ha despertado para abrazar la electrificación con una fervor desconcertante. En la esquina derecha, está Toyota, el sabio que se tomó su tiempo para observar el mundo antes de sumergirse en el gran charco de los vehículos de cero emisiones.
Volkswagen: electricidad e independencia
Volkswagen, después de haber arrastrado un poco como una tortuga que ha abusado de las chipolatas, comprendió que una plataforma eléctrica era el secreto para elevar su reputada gama. Con más de 11 mil millones de euros invertidos, el gigante alemán ha concoctado una armada de modelos eléctricos, ¡y esto es solo el comienzo! El proyecto MEB ya ha dado vida a coches como el ID.3, recién llegado al mercado para reiniciar la imagen de la marca después del escándalo del Dieselgate. Privados de la excusa del viejo motor térmico, avanzan con promesas de autonomías que harían sonrojar de envidia a un teléfono móvil.
Una inversión grande pero necesaria
Para realizar esta transición energética, Volkswagen no ha escatimado en gastos. Miles de millones de euros ya se habían acumulado y otros están por venir para fábricas de baterías completamente nuevas. La visión es clara, admiran algunos expertos, pero la realidad es que, a pesar de todo este bling-bling, el acta de ventas ha entrado en un letargo. Los alemanes deben lidiar con dificultades: caída de ventas de coches eléctricos en Alemania, competencia repentina de fabricantes chinos, sin olvidar una rentabilidad en declive.
Toyota: el rey del híbrido se despierta
En contraste, Toyota ha estado arrastrándose en la historia como un holograma en una película de los años 90. No muchos modelos eléctricos en su buffet: un solo SUV, el bZ4X, pavoneándose en el configurador. A pesar de sus 10,8 millones de vehículos vendidos, ¡solo el 1.4 % eran modelos eléctricos! Las críticas eran numerosas, y este rey del híbrido mostraba signos de debilidad, como un feriante en una feria. Sin embargo, mientras todos aplaudían la electricidad, Toyota perfecciona su ejército de híbridos y de hidrógeno. ¿Quién mejor que este fabricante para recibir las críticas con aplomo?
El viento del cambio sopla
Pero he aquí que la tendencia evoluciona. Con la fecha límite de 2035 asomándose en el horizonte, Toyota ha descolocado a los escépticos al proponer tres nuevos SUV eléctricos y un facelift de su bZ4X. Un poco como un viejo león que finalmente decide aprender a bailar, Toyota apuesta por la tecnología BEV para seducir a clientes más exigentes. Su CEO, Florian Aragon, afirma que esta forma de movilidad sostenible es más adecuada para sus clientes. Veremos si esto funciona, pero con un poco de suerte, el mundo no será devorado por una ALGA de coches eléctricos antes del final de la década.
En una industria donde el juego de sillas musicales en el mercado de móviles eléctricos es cada vez más feroz, parece que cada fabricante elige su propia melodía. Volkswagen parece tocar la marcha triunfal y Toyota bien el blues, esperando que pase la tormenta. El futuro de la industria automotriz adaptado a los protocolos eléctricos está más que nunca determinado por estas decisiones estratégicas. ¡Que las mejores melodías ganen!
Fuente: www.lequipe.fr
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